Descripción:
Al diente de león se le atribuyen numerosas aplicaciones medicinales. Destaca sobre todo por ser un excelente protector hepático así como por su poder diurético, pero son muchas más las propiedades de esta planta medicinal.
Mejora el rendimiento hepático
Tomar diente de león estimula la función hepática, activando la secreción de bilis y ayudando a descargarla de la vesícula biliar.
Diurético
Consumir dientes de león es ideal para aquellos que quieren deshacerse de esos kilos de más. Son bajos en calorías y actúan como diuréticos, por lo tanto propician que el peso del agua sea desechado mediante la orina de una manera sana, sin bajar los niveles de potasio de la sangre.
Digestivo
Su consumo estimula la secreción de los órganos digestivos, ayudando así a hacer la digestión. Además de resultar beneficioso en el tratamiento de los trastornos digestivos, su consumo también estimula el apetito, por lo que es muy recomendable en casos de inapetencia.
Laxante suave
Es un buen remedio para las personas que sufren periodos de estreñimiento por su acción ligeramente laxante, favoreciendo la evacuación de los intestinos.
Venotónico y vasodilatador
Estimula la circulación de la sangre y dilata los vasos sanguíneos, convirtiéndolo en un buen suplemento para regular la tensión arterial y para purificar la sangre.
Dolor muscular y huesos
Gracias a su propiedad antiinflamatoria, la aplicación tópica, así como la ingestión del diente de león, pueden ayudar a reducir la inflamación de las articulaciones. Además, esta planta es muy rica en calcio y vitamina K, ideales para el desarrollo y el correcto funcionamiento de nuestros huesos.
Uso diario sugerido: ingerir 1 cápsula tres veces al día después de los alimentos. Consumir por períodos de hasta 15 días, seguido de un descanso mínimo de una semana y retomar el consumo si fuera necesario.